Oscar Moha, a 14 de Mayo.- La familia del pastor evangélico Josué Ovando Jiménez fue nuevamente agredida por autoridades en el poblado de San Rafael Tlanalapan, Municipio de San Martín Texmelucan, Puebla, ahora por policías de la localidad, quienes trataron de esposar a uno de sus hijos, y lo intimidaron para que se abstuviera de seguir predicando el cristianismo.
Este sábado cerca de las 11:30 de la mañana, un par de policías se acercaron en una motocicleta al hijo del pastor Ovando Jiménez, quien llevaba en sus brazos a una menor de apenas 3 meses de edad y casi lo atropellan, por lo que les reclamó su actitud prepotente.
Dos uniformados y una mujer vestida de civil lo golpearon y sometieron, al tiempo que trataban de esposarlo, mientras le gritaban: “lástima que eres pastorcito”.
Su padre, el pastor Josué, al percatarse de las agresiones cuestionó a los uniformados su violencia, pero también fue amenazado, y de inmediato buscó ayuda de otros familiares para tratar de proteger a su hijo.
Por todo ello, se levantó el acta AP-1024/2012 en San Martín Texmelucan, en contra de los uniformados, de quienes sólo se cuneta con un par de videos que fueron garbados en el momento de la agresión.
Cabe recordar que en septiembre del año pasado, las autoridades de la localidad firmaron un acuerdo de no agresión en contra de evangélicos, toda vez que el sacerdote Asención Benítez González azuzó a la gente para que “crucificaran” a los cristianos que no profesaban la religión mayoritaria, acto que por cierto no fue sancionado.
Ovando Jiménez mencionó que en repetidas ocasiones pobladores de Tlanalapan lo han amenazado de muerte, pero que las autoridades no han hecho nada por aclarar la situación.
Incluso el diputado federal, Sabino Bautista, en su calidad de integrante d ela Comisión de Derechos Humanos, se entrevistó en octubre pasado con el Secretario de Gobierno de Puebla, Fernando Manzanilla, quien se comprometió a poner fin a las agresiones, pero el problema continúa.
http://www.rhema.com.mx
Este sábado cerca de las 11:30 de la mañana, un par de policías se acercaron en una motocicleta al hijo del pastor Ovando Jiménez, quien llevaba en sus brazos a una menor de apenas 3 meses de edad y casi lo atropellan, por lo que les reclamó su actitud prepotente.
Dos uniformados y una mujer vestida de civil lo golpearon y sometieron, al tiempo que trataban de esposarlo, mientras le gritaban: “lástima que eres pastorcito”.
Su padre, el pastor Josué, al percatarse de las agresiones cuestionó a los uniformados su violencia, pero también fue amenazado, y de inmediato buscó ayuda de otros familiares para tratar de proteger a su hijo.
Por todo ello, se levantó el acta AP-1024/2012 en San Martín Texmelucan, en contra de los uniformados, de quienes sólo se cuneta con un par de videos que fueron garbados en el momento de la agresión.
Cabe recordar que en septiembre del año pasado, las autoridades de la localidad firmaron un acuerdo de no agresión en contra de evangélicos, toda vez que el sacerdote Asención Benítez González azuzó a la gente para que “crucificaran” a los cristianos que no profesaban la religión mayoritaria, acto que por cierto no fue sancionado.
Ovando Jiménez mencionó que en repetidas ocasiones pobladores de Tlanalapan lo han amenazado de muerte, pero que las autoridades no han hecho nada por aclarar la situación.
Incluso el diputado federal, Sabino Bautista, en su calidad de integrante d ela Comisión de Derechos Humanos, se entrevistó en octubre pasado con el Secretario de Gobierno de Puebla, Fernando Manzanilla, quien se comprometió a poner fin a las agresiones, pero el problema continúa.
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